jueves, 15 de mayo de 2008

Mi tiempo es sin tiempo.

Necesité de mis mejores amigos.
Y de los fantasmas.

El hombre, el fuerte, el que me entiende, alma gemela: me dio sus razones sentimentales....
de cama, de estar en compañía. Lo lamento.

La mujer y niña, la de enfrente, la soñadora que resuelve los problemas del mundo, la psicóloga novata...
estaba muy cansada. Lo siento... mañana...
llegado ese mañana, otro "mañana".

Mi amiga, la etérea,
la que está hecha toda de poesía,
toda de compresión....
de mares de pacífico y de su salitre,
de néctar.
La amiga que sólo puedo tocar en mis pensamientos,
por medio de los libros
y de polvos....
de recuerdos.
La amiga que sé que es de carne y hueso.....la siento más lejos que nunca, virtualmente más inaccesible, más inconectable....
(como si hubiere sido que alguna vez hayamos estado a pasos de distancia).
de llamadas telefónicas largas y en espera.

Espero,
....en espera.
Espero pronto sus tiempos, mi tiempo es sin tiempo, sin los suyos.

Llanto.

martes, 13 de mayo de 2008

Símil

Como amigos hemos compartido muy poco.
Tal vez por lo que se quedó volando en el aire.

Que no es por falta de sensibilidad,
pero termino por convencerme, que ese perfume
solamente lo percibo yo.

Siempre te he tenido el respeto de museo,
como se respeta a la Gioconda en el Louvre;
como un diamante en un aparador de cristales,
como siempre…
y han sido por muchas razones sabidas.

Te percibo llena y vacía… tierna y fría,
atada cuasi libre, alegre y divertida,
Soez…
¡muy consentidora para con los tuyos!

pero,

y,

-a m i g a -.

Te propongo que te pienses sin fronteras para
con tus sueños, para y por, con el pretexto de
ese lugar anhelado…
al que siempre has querido llegar: sola,
acompañada, tal vez de tus sueños…
qué sé yo. ¿Sabes tú?

Y te ofrezco un “feliz cumpleaños”…

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Como mujer me has compartido muy poco.
Tal vez por lo que habías dejado volando en el aire.

Y bien algún día me dijiste que todos
los momentos bien valen la pena. Estoy de acuerdo, aunque para
el recuento solo hayan sido segundos.
¡Si acaso!
-valieron la pena.-

Que no es por falta de sensibilidad,
pero termino por convencerme, que yo
no he deseado solamente segundos… no me
conformo, y he querido horas tal vez,
pero esas horas solamente las percibo yo.

Como mujer solamente te conoces tú.
Yo sólo me atrevo a decir que conozco
una sola mirada tuya, que ni sé reconocer cuál es…
tal vez la cristalina, o la distante… qué sé yo.
¿Sabes tú?

Te propongo horas.


Te ofrezco muchas de esas más.